Isis es el nombre que los griegos dieron a la diosa egipcia Iset, literalmente el asiento, siendo et el determinativo femenino e is el sustantivo que significa asiento. Dicho de otro modo Is-is, podríamos traducirlo como asiento-asiento.
Y efectivamente vemos en la iconografía de la diosa esta figura de asiento tanto en su tocado como en su jeroglífico.
Sin embargo, en este caso Is se refiere a un determinado tipo de asiento, más concretamente al trono, o siendo más preciso a la trono, puesto que esta palabra en egipcio es femenina. Y resumiendo podemos decir que Isis es el trono.
Este concepto de trono para los egipcios no era en absoluto baladí pues es necesario tener presente que era el lugar propio y exclusivo donde se asentaba el faraón, o lo que es lo mismo, la divinidad encarnada. Y ya hemos llegado a algún sitio: Isis es el lugar donde encuentra asiento la divinidad.
Ese lugar es el cuerpo orgánico. Isis representa el cuerpo orgánico. El lugar donde la divinidad es susceptible de encarnarse.
También sabemos que Isis tiene un hijo, Horus, y el dios halcón representa la luz. Dicho de otro modo, el cuerpo orgánico-Isis- puede ser madre, generar, un cuerpo de luz-Horus-.
Sucintamente esta es la clave principal del conocimiento iniciático egipcio, aunque obviamente esto no es relevante, lo verdaderamente importante es que ellos sabían el “cómo”.