Breves notas sobre el Camino (V)

INICIO Y FINAL

El Camino en realidad empezaba en Jaca, en la catedral, justo debajo del Crismón en donde en latín está escrita la frase sobre la “segunda muerte”.
Allí llegaba desde cualquier lugar desde el cual proviniese y esa llegada a Jaca representaba la primera estación que iba desde su lugar de origen hasta Jaca. El viaje se iniciaba también en una fecha precisa, el 17 de agosto día de San Roque, el peregrino que viaja con su perro, al igual que el peregrino tiene a su disposición la “guía espiritual” de la estrella Sirio como sabemos llamada el perro. Los dos leones que custodian el Crismón de Jaca nos dan también la fecha, es decir, en medio de los leones, o sea, en medio del signo de Leo. Por cierto y habiendo comentado también algunos símbolos del tarot hay que decir que esta palabra sale de la lectura del crismón cristiano usando el griego. Como sabemos este símbolo está formado por las letras griegas Xi y Ro a las que se añaden las letras alfa y omega. La explicación convencional es que esa Xi y esa Ro serían dos de las letras de XRISTOS, y las letras alfa y omega, símbolos de principio y fin pues estas letras son primera y última del alfabeto griego.
Pero si tomamos un crismón y leemos siguiendo la dirección de las agujas del reloj podemos ver que el tramo de la X (xi) hay una T, luego viene la A (alfa), luego la R (ro) luego la O (la omega) y luego el otro tramo de la X en el que vemos la otra T: Tarot.
Es tan evidente que no necesita más explicaciones.
Allí cantaban el Salve Regina, hacían la “meditación” correspondiente a Jaca y sus misterios y avanzaban hasta Santa Cruz de las Seros y San Juan de la Peña. En Santa Cruz tomaba “su cruz”, y en San Juan tomaba “su grial” e intentaba empezar a comprender el significado profundo de estos dos símbolos. Si todo iba bien, descubriría la comprensión de la cruz allá en la Cruz de Ferro y comprendería el grial poco después en el Cebreiro.
Obviamente la fecha de llegada idónea era la noche de Todos los Santos, la noche del 1 de noviembre, víspera de Noche de la Muerte. Era el momento de ver la “muerte del sol” en Muxía.

El juego de la Oca tiene 64 casillas y, además de las 14 ocas, hay “trampas” como la posada, el pozo o la cárcel, metáforas que hablan tanto de la tentación de abandonar como de la necesidad de descansar de vez en vez, en todas esas casillas se continúa salvo en la de la muerte que está casi al final del juego. Esta casilla representa precisamente “el peligro” del sepulcro del apóstol e indica que si un peregrino cree que ese es el fin de su viaje no habrá comprendido nada y deberá empezar de nuevo. Solo la “salvación” estaba a su alcance si recorría la parte final del Camino con sus etapas y que finalizaba como hemos dicho en Muxía, es decir, recorría el Camino de la Resurrección.
Por último añadir que las casillas del juego pueden considerarse como las jornadas necesarias del recorrido que junto a las jornadas de descanso de la posada, pozo, cárcel, étc, sumarían los 75 días que separan el 17 de agosto del 1 de noviembre. En otra lectura superior, esta cifra de 64 la encontraremos en el Pórtico de la Gloria en donde los 24 Ancianos y los 40 del Ejercito de Dios rodean al Pantocrator. Y más en la multiplicación de la cifra 8, la de la divinidad, por sí misma tal y como podemos ver expresado en Eunate o Torres de Río. Podemos verlo en el ajedrez en las casillas del tablero, el octógono blanco que se ajusta con el octógono negro y que se expresa en el ajedrezado, el campo de acción que representa a su vez los límites de la existencia visible.

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