La leyenda del grial, dejando aparte la fantasía, es una bonita metáfora que nos puede permitir hacer un sencillo resumen sobre el trabajo iniciático.
El Grial se refiere naturalmente al corazón. Ese corazón que los egipcios llamaron ib, lo representaron en jeroglífico como una jarrita. Este es un concepto espiritual ya que el corazón físico era llamado de otro modo. Ambos corazones, el orgánico y el ib, obviamente tienen muchas similitudes básicamente en cuanto a función.
El primer paso es encontrar la jarrita, el grial. Es decir, encontrar el lugar/instrumento donde y como trabajar. Ese lugar es el corazón.
El segundo paso es vaciar la jarrita ya que si está ocupada no es posible que sea llenada de la Gracia. Debe ser poco a poco vaciada de los asuntos del mundo.
El tercer paso es limpiarla, purificarla, pues la Gracia no toma asiento en lugares no purificados, no inocentes.
El cuarto paso es alinear la jarrita con la Fuente a fin de que se pueda ya verter, gota a gota, esa Gracia en la jarrita.
Por fin queda que la jarrita se llene y rebose y beber el Agua de Vida.