Esa reactividad nos condiciona
Desde luego, todo a nuestro alrededor se mueve gracias a esa condición reactiva de lo creado y, en especial, el ser humano. Si uno conoce eso respecto a lo que le circunda, si uno conoce eso respecto a los demás, si uno conoce eso respecto a sí mismo le ayudará mucho a comprender y a hacerse menos daño.
Supongo que vale lo mismo para las creencias.
Ya se lo he dicho. Incluso es peor. Mucha gente se hace mucho daño y ha provocado mucho dolor a los demás por culpa de ello. La historia no es más que la crónica de seres humanos que se matan por ellas. Son incontables las personas que han matado y muerto incluso en el nombre de Dios y, hoy, en el siglo XXI, continúa siendo igual, el ser humano sigue matando y muriendo por su propia creencia en Dios. Los que dicen que creen o que aman a Dios, en realidad creen o aman a su propia y particular creencia en Dios por eso actúan así, en caso contrario, lo primero que habrían aprendido es que Dios no es de ninguna religión y que para Él todos somos sus hijos.
La palabra Dios genera confusión, dudas…
Lleva mucha razón pero no tenemos otra palabra. Obviamente hablar de Dios es nombrar un concepto y lógicamente Dios no pertenece al ámbito de las creencias, ni de las filosofías, ni los dogmas, etc…, dado que la mente no trasciende es obvio que con la mente no es posible acercarse a Dios, por eso desde esta perspectiva todo resulta confuso y erróneo. Esa es la causa de todo. Pero Dios, en todo caso, pertenece al ámbito de la experiencia. Si una persona tiene esa experiencia en Dios nunca jamás podrá ni siquiera dañar a alguien en su nombre. De un modo profundo sabe que el “otro” es también hijo de Dios, que está hecho con la misma intención, amor y sustancia que Él, que es fruto de su obra, que es, en el sentido más etimológico, un hermano. Si alguien es beligerante en nombre de Dios, sabremos que lo es por sus creencias pero que jamás habrá tenido ninguna experiencia en Dios, ¿cómo se puede odiar en nombre de Dios? Sencillamente no es concebible.
Las religiones han llevado mucha violencia al mundo
No es culpa de las religiones si no de los hombres que se creen y se dicen sus portavoces. Las religiones han cumplido una función precisa en el desarrollo de la humanidad en su conjunto y, de hecho, si se hace un balance, han aportado más cosas positivas que negativas. El principal problema está en el ser humano, en su ignorancia y arrogancia, reside cuando alguien quiere que otra persona se comporte o haga algo determinado porque así cree que lo indica su religión. No se conforma solo con seguir sus preceptos, lo cual sería lo razonable, si no que obliga a los demás a que los sigan. Lo más triste es que si comprendiera con el corazón los propios preceptos de su religión, da igual la que fuere, nunca obligaría a nadie a nada y mucho menos exigiría o ejercería violencia sobre nadie por ello. Habría comprendido que Dios tiene una historia personal y unos designios particulares para cada uno de sus hijos independientemente de los humanos criterios y creencias de las insignificantes e ignorantes criaturas que somos. Pero el ser humano lleva un depredador dentro y cuando no, muchos han sido enseñados en el miedo, la inseguridad y la ignorancia.
¿Y cómo se puede uno acercar a Dios?
Pues a través del corazón, a Dios se le escucha y se le habla solo con el lenguaje del corazón. Dios es para el hombre, en principio, una experiencia. Por eso en muchas personas, poco a poco, va apareciendo la necesidad de Dios y entonces empieza la búsqueda.
Los que buscan…
Sí, pero cuidado, no todos los que se llaman buscadores buscan a Dios. Muchos de ellos, lo que buscan es un bienestar, un confort legítimo, pero no es lo mismo. Para eso sirven las terapias, el yoga, muchas prácticas que son útiles para lograr cierto bienestar y cierta paz interior que son estupendas para la vivir la vida lo mejor posible. También hay otros que en realidad lo único que les interesa es precisamente el buscar, en ese buscar encuentran la excitación y se creen que hacen algo más… pero en realidad en cuanto se acercan a algo que merece la pena se marchan de allí buscando otra cosa distinta. Luego están los verdaderos buscadores.
Pero encontrar es lo más difícil
No precisamente. El ser humano verdaderamente vive en la ilusión de que busca, pero no es así. Recuerde una cosa, la llamada siempre procede de Dios, es Dios quién, de mil maneras distintas, hará saber a la persona que lo llama, luego estará en él qué hacer al respecto de esa llamada. En realidad es Dios quien te busca a ti, solamente hay que dejarse encontrar. Recuerde la parábola de la oveja perdida.
Es la talab de la que hablan los sufíes
Eso es. Lo más difícil es escuchar esa llamada con el corazón, no con la mente, ¡ la mente siempre encontrará razones para no atenderla pues no le traerá más que problemas ! Atender a esa llamada es, de algún modo, irracional.
No termino de entenderlo bien…
Todo lo que la ciencia está descubriendo lo limita todavía al marco cultural del positivismo y el racionalismo del XIX en la creencia de que lo orgánico es el principio y fin de todo y que solo lo mesurable puede existir. A este error fundamental, que condiciona tantísimo al ser humano, le va quedando poca vida especialmente por los avances de la física y por el hecho de que ya muchos científicos empiezan a ampliar su mentalidad. Las posibilidades que ofrece ahora la ciencia son enormes, la ciencia es capaz de ofrecernos muchísima información, otra cosa es lo que se haga con ella pero verdaderamente en la naturaleza está todo, pero hace falta la “mirada correcta”, la capacidad de intentar ver más allá de lo que parece. No todo es mesurable ni a todo alcanza la razón.
Pero le pondré un ejemplo. Si yo le pregunto qué es el sol usted me responde que es una estrella compuesta básicamente de hidrógeno, alrededor de la cual giran planetas, bla, bla, bla, es decir, usted me dice que el sol es algo, pero si yo le digo que el sol es alguien toda la perspectiva cambia, ¿no es así?
Esa es la mirada a la que me refiero.
¿Ha dicho que el sol es alguien?
Eso es lo que he dicho. El sol es viviente, su vida y la mía y la de todos dependen de él, mire por usted mismo ese hecho y vea su significado. El sol porta una inteligencia que lógicamente le hace realizar su función de un modo maravilloso. Es inteligente y realiza una función extraordinaria, ¿usted puede afirmar que no tiene conciencia de sí mismo?,
¿usted puede afirmar que no tiene incluso una conciencia individualizada infinitamente superior a la suya? Comúnmente soberbia e ignorancia van de la mano. Los antiguos tenían muchas carencias pero algunos sí sabían ciertas cosas básicas aunque no fuesen capaces de explicarlas. Los egipcios, por ejemplo, llamaron a ese alguien Ra.
Vea una cosa, ¿qué se le ofrece hoy a un muchacho o muchacha inteligente o sensible que empieza a hacerse preguntas? Se lo diré. Por un lado la ciencia le dice que somos fruto de un azar orgánico ocurrido no sé sabe cuándo, que viviremos una existencia orgánica sometida igualmente al azar un término medio de ochenta años con suerte y que luego todo se acabó. Si esos muchachos miran a las religiones ¿qué encuentran? Cristianos que exigen creer que alguien nació de una virgen o que el mundo fue creado con una varita mágica en seis días, musulmanes que creen que lo más importante en la vida es que las mujeres se pongan velo, hinduistas que le ponen leche a estatuas de Ganesa para que se la beba, judíos obsesionados con el sabat… podemos seguir, pero esos muchachos legítimamente se peguntan que tiene que ver Dios con que una señora sea o no virgen, que lleve o no velo, que importancia tiene el día de la semana que sea…, es decir, ven que a Dios lo han reducido a una serie de bobadas sin sentido o que priorizan esas memeces al verdadero sentido de la experiencia en Dios.