EL CORDERO
En la impenetrabilidad del Misterio habita la divina criatura encarnación de la Inocencia. Una criatura por dentro hecha de fuego y envuelta en la lana virgen que, parecida a la nieve, templa, cubre y protege ese fuego frío.
La pureza solo reconoce la pureza y, siendo la expresión de Dios sobre el Mundo la pureza y la belleza, solo puede reconocer aquello que le puede servir de espejo para contemplarse a Si Mismo en su Obra. Ese es el momento en el que “Dios te mira” pues en efecto ya puede mirarse a Sí Mismo.
Esa criatura ha sido llamada el Cordero Místico, aquel que reinará triunfante una vez terminado el Apocalipsis o desvelación, en el que los siete velos que lo ocultan vayan desvaneciéndose uno a uno. Solo así el Cordero podrá abrir los siete sellos.
Ese Cordero bendito reside en el centro de la Cruz que tenemos en el centro del pecho. Ese es su Pesebre en la Cueva en el que reposa, se nutre y crece.
Una vez triunfante, el Cordero de Dios podrá borrar los pecados del Mundo pues ya el Mundo carece de ningún poder sobre él, en cambio él ya es dueño del Mundo, un Mundo en el que pacerán juntos la oveja y el león.
Hay, pues, que dejar crecer a la Inocencia y nutrirla. Eso se hace a través del Corazón, el Corazón que si bien sirve al hombre fielmente y sin descanso hasta el día de su muerte, solo reconoce a Dios como su señor.
Lo primero felicitarte por tu página….es bellísima y dulce. Y como siempre tus textos revelan una profundidad que hechiza. Corre por parte del lector realizar la Enseñanza. Gracias
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…gracias desde lo Profundo…estoy tratando de rastrear el modo de volver a contactar contigo Sebastián…
se han perdido todos mis contactos de mi móvil español…irrecuperables…pero espero que tu número pueda volver a mí…
buscando un número o una email me sumergí en tus textos, en la Belleza della Sabiduría…
me quedan pocos días en Madrid…elevo mi plegaria para que leas estas frases…
gracias infinitas
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