LÍMITES
Dentro del camino al conocimiento de sí mismo y del crecimiento espiritual se hace necesario entender, en una etapa de esta vía, que al ser humano le están vedados determinados accesos a lo creado debido a la inmadurez de su conciencia, a su inclinación a la atadura de los apetitos, a la necesidad de afirmarse a través de la ilusión del “yo hago”, “yo sé”, “yo quiero”, etc. y, sobre todo, debido a su ignorancia ya que aun no ha llegado al conocimiento y tan solo se vale de las informaciones prestadas de sus entornos cultural religioso o social. A esta comprensión de los límites humanos se le llamo en el pasado “el temor de Dios”. Solo el intento de traspasarlos demuestra la amplitud de la ignorancia a la par que una arrogancia y soberbia en concordancia a esa ignorancia.
Una somera comprensión sobre uno mismo, nos ofrece el testimonio de que justo aquello más vinculado a la vida obedece al principio de lo vegetativo y que sobre este ámbito vegetativo la participación de la volición y la conciencia humanas están muy limitadas: una persona respirará mejor o peor pero no podrá alterar nunca el hecho de que tenga que respirar oxígeno. Al hombre le queda su participación, con el uso de su volición y conciencia, en el ámbito de lo anímico, es decir, sobre todo aquello que le hace moverse en la vida y ante lo que reacciona, siendo esta reactividad la principal característica humana. Es en este ámbito limitado donde si actúan el “yo hago”, “yo quiero”, etc.
Solo una purificación, comprensión y acción responsable y correcta en el ámbito anímico le permitirá un acceso medianamente consciente al ámbito espiritual y así podrá ya a empezar a crecer espiritualmente si se dan las condiciones justas de nutrición y guía. Antes de esto y, durante el recorrido del camino, la prudencia ha de ser su consejera en la comprensión de esos límites mencionados.
Hola Sebastián, hace poco que te conozco a través de Carmelo. Me gusta mucho como explicas las cosas, aunque ignoro muchísimas cosas, tus palabras complementan mis conversaciones con Carmelo.
Espero que algún día podamos conocernos en persona.
Un saludo!
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¡Gracias por retomar el blog, Sebastián!
¡Te echábamos de menos!
¡Un abrazo!
D
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