LA PAZ, EL CORDERO Y LOS INOCENTES

LA PAZ, EL CORDERO Y LOS INOCENTES

En las enseñanzas de la Tradición ha sido común vincular la figura del Maestro con la del pastor, con aquel que guía y protege a las ovejas, al cordero, es decir, a la inocencia. Es por eso que en el relato del nacimiento del Cristo, siempre simbólico, solo se acercan a la gruta donde la Virgen a dado a luz los pastores, pues solo ellos son capaces de identificar la inocencia: ya sabemos que solo lo igual reconoce lo igual. Al Cristo se le ha identificado siempre como “el Cordero de Dios” y esa inocencia si no es protegida y guardada por los buenos pastores será atacada y sacrificada por los lobos.

Esa lana del cordero llamada suf es el ropaje con el que se viste el sufí para los cuales ese cordero es también el recuerdo viviente de As Salam, la paz, uno de los 99 nombres de Dios.

Sobre este nombre de Dios nos dice lo siguiente Ibn Arabí en su obra  El secreto de los nombres de Dios:

AS SALAM  

LA PAZ, LA SALUD, LA SALVACIÓN

“Tienes necesidad de este nombre para salvaguardar la salud o incolumidad de tu esencia del acontecer de cuanto te vincule con el defecto y, en el caso de que tal cosa sobreviniera, para que te libre y preserve de la posibilidad de que perdure y se consolide”.

“…la Paz es posible que desde el principio preserve al siervo de la persistencia del defecto. Este aspecto, la salvaguardia que preserva de la continuidad del defecto, es el que conviene como revestimiento con los rasgos característicos de este nombre…”.

La pasada Nochebuena, la del nacimiento crístico a las 12 de la noche, ha sido llamada como “noche de paz”, una paz a la que hoy, cuando la confrontación no para de intensificarse, más que nunca hay que recurrir antes que el “defecto”, como dice Ibn Arabí, “perdure y se consolide”. Que el defecto llegue al ser humano es propio de su naturaleza, no dejar que se consolide, perdure y tenga continuidad también es propio de la naturaleza humana y está a su alcance.

Este término “defecto”, recordemos que viene del latín defectus y que significa “desaparición, falta o carencia de algo”. Los romanos aplicaban este término tanto a las sublevaciones, como al agotamiento y a las flaquezas. El término déficit tiene la misma raíz. 

Ibn Arabí nos dice que As Salam es sinónimo de Paz, Salvación y Salud lo cual es muy revelador y el sufismo siempre ha vinculado la enfermedad- física, mental y espiritual- con la falta (defecto) de paz nacida del olvido de la propia inocencia. Desde tiempos remotos estas fechas han sido especiales e idóneas para alcanzar o recuperar la paz y para ello es necesario entender que está asociada a la inocencia. Así se recibirán los tres dones de los Reyes Magos y se podrá estar a salvo de la espada de Herodes, ese falso rey (el ego al que se le ha dado un poder que no le corresponde) que siempre intentará matar a los inocentes. Ojalá haya cada vez más pastores que protejan y guarden la inocencia del Cordero y con él, la Paz, tanto la suya como la ajena. Protejamos pues nuestra Paz y, así, al Cordero.   

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